La metamorfosis instaura una contradicción paradójica entre originalidad y programa, « azar y necesidad », « desorden y orden » « diferencia y similitud » « sujeto y asujetamiento ». Abriendo una reflexión entre sublimación y control. Su desarrollo en el tiempo es también paradójico puesto que la ilusión pubertaria es creadora en la mediada de su oscilación con la desilusión. Apoyándose sobre la formulación fundamental de R. Kaes del cual no sabremos dejar del lado las paradojas ; el sujeto es en primer lugar un « inter-sujeto » la metamorfosis pubertaria es una manera ejemplar del inter-sujeto. Ella incluye en su procedura misma el otro. Ningún cambio estructural solitario. Lo pubertario no es un re-encuentro del objeto si no mas bien una revelación de la alteridad genital.
El contrato de la metamorfosis se agranda singularmente cuando designa la creación en movimiento de un vínculo entre el sujeto y la sociedad, el individuo y el conjunto, discurso singular y referencia cultural.