La actualidad de la delincuencia que se manifiesta por la agresión contra el otro, su prójimo, a menudo brutal o como una explosión de destrucción inmediata releva de lo arcaico y que se refiere a la existencia subjetiva del sujeto. Los actos jurídicos proponen formas de re-educación social y de prevención centradas sobre el acto transgresivo, desorganizador y no toman en cuenta el potencial refundador, lo que trae como consecuencia el « encierro » de esos adolescentes y jóvenes adultos difíciles, reproduciendo al interior de los muros de la cárcel una estigmatización de los que cometieron faltas.
En lo que parece un impase, el « encierro » puede operar e introducir la dinámica de un pasaje si se instaura dispositivos de mediación terapéutica que somete al adolescente violento a un trabajo de re-elaboración psíquica y relanza la dinámica subjetiva ; abriendo el acceso a satisfacciones pulsionales constructivas, creativas y cerrando el paso a la dinámica de descarga. Esos espacios de transformación podrían dar lugar a la simbolización y reposicionar esos jóvenes en un sector de ínter subjetividad, en una comunidad de intercambios que les permita de encontrarse y apoyarse en un espacio que tome en cuenta sus posibilidades.
Adolescence, 2013, 30, 4, 797-813.