Aquí, La autora evalúa las incidencias en la cura de las primeras experiencias sexuales de los adolescentes. Dichas primeras relaciones movilizan fantasías de agresión, puesto que el vinculo entre la sexualidad y la destructividad se encarna de manera privilegiada, incluso cuando ellas son libremente consentidas. La autora hace la hipótesis que la violencia de la sexualidad infantil se impone reactivada por el carácter traumático que conlleva indefectiblemente la primera relación sexual, puesto que se trata de una novedad radical.