Los confinamientos vinculados al covid-19 han ocasionado una fuerte aumentación de hospitalizaciones por anorexia severa de adolescentes. Si el cuadro clínico era típico, el manejo de la hospitalización y de la cura resultó muy inhabitual. La ocupación de un espacio para sí mismo, ha permitido de retomar un trabajo de frontera permitiendo así, la restauración de la diferenciación realidad/fantasía pero también de relanzar el proceso de apropiación subjetiva y la distanciación de la efracción traumática y la regresión oral que fue inducida por la pandemia.