El autor apoyándose específicamente en la teoría de D. Anzieu intenta demostrar que la envoltura sonora de yo es invadida por la irrupción de la sexualidad genital, lo cual implica un movimiento de desestructuración de los límites del yo y de sus funciones: la contenencia que funda el sentimiento de la continuidad del Yo (limitación entre lo exterior e interior), y la individuación del Yo (limitación entre el uno y el otro) Ese movimiento, nombrado violencia sonora pubertaria es ilustrado a partir del mito griego del Dios Pan.
Adolescence, 2020, 38, 1, 69-88.