A través del encuentro con una adolescente quien paso al acto violentamente hacia su rostro; pensamos en el lugar que ocupa el rostro y el movimiento de desfiguración en el proceso de identificación sexual de la adolescente. En continuidad con el cuerpo, el rostro también es sometido a la violencia de la pubertad y a la exigencia del trabajo de feminización. El impedimento a integrar un rostro sexual puede traer angustias de desfiguración y defensas en relación con el rostro y aun más con violencias de desfiguración actualizada.
Adolescence, 2019, 37, 1, 85-95.