A causa de las transformaciones inconscientes que el proceso adolescente supone, el implica la integración de una nueva dimensión sensorial que no tiene ninguna correspondencia simbólica con lo que se hereda de la infancia, lo cual corresponde al advenimiento de la feminidad (el otro sexo) y al goce del otro. Ella es un efecto de la realidad del proceso púber, un real en el cual se trata de definirse y entrar en el tiempo de la adolescencia. ¿Cómo pasar de ello a un objeto tomado de la realidad que se inscribe como causa del deseo e integra todas las dificultades del campo social?
Adolescence, 2014, 32, 4, 745-756.