El acompañamiento de nuevas sensaciones corporales y de sus fluctuaciones en el momento de la pubertad de los jóvenes autistas, permite de abrir nuevas modalidades de calmar cuando hay efracción de la pulsión. La travesía de la pubertad da la ocasión de despertar lo sensorial de la parte inferior del cuerpo y de alguna manera, ello participa a relanzar la construcción de un Yo corporal inacabado y hace que el joven posible tenga una mayor disponibilidad para la relación hacia los demás.
Adolescence, 2014, 32, 4, 821-833.