La adolescencia, categoría reciente propia al mundo occidental, tiende a desolidarizarse de la pubertad como un evento fisiológico universal. No es tanto la desaparición de los ritos que está en juego sino mas bien, el abandono del vinculo de solidaridad entre el fenómeno de la pubertad y de la designación – pero también, el tratamiento – social de la adolescencia. A partir del ejemplo de prácticas de escarificaciones durante la adolescencia, quisiera proponer la hipótesis de una aumentación de actos-síntomas que se alimentan de esta separación y paradoxalmente tienden a la vez a reducirlas – es decir a re instalar un reconocimiento de identidad intimo y social de las formas de alteridad comenzadas por la pubertad – pero también – juntas rechazar esas mismas formas de alteridad.
Adolescence, 2014, 32, 1, 47-56