La observación del sufrimiento humano a menudo se hace por medio de una distancia obtenida a través de la denegación de estados emocionales los cuales, sin embargo aparecen y son a menudo muy determinantes para el observador. Esta contribución intentara verificar dicha hipótesis tomando como ejemplo una misión de investigación-acción efectuada en una institución que acoge adolescentes en ruptura familiar. Muy conmovido por la extraña voz completamente vaciada de los afectos de una adolescente, el observador se encuentra obligado a renunciar al carácter distante del régimen habitual de una investigación. Lo que le conmueve, no es la historia de la adolescente si no lo que ella induce en su vivencia personal concerniendo su propia experiencia familiar ; lo cual se confunde con el punto de vista científico de la observación. El regreso hacia « el inconciente de la investigación » constituye la base de lo que podríamos llamar una iniciación.
Adolescence, T. 31 n°1, pp. 145-152.