Es muy clásico decir que el trabajo psíquico que debe cumplir un adolescente es un trabajo de separación, y en particular separación con los objetos de la infancia. Parece mas justo hablar de un ajustamiento de los vínculos entre los padres y los adolescentes. Ellos no deben ser ni muy sueltos para evitar el sentimiento de abandono, ni muy cerrados para no impedir al individuo de construir un espacio psíquico propio. Un tiempo institucional en el cual el adolescente y el padre pueda encontrar su lugar ; puede ayudar a encontrar esta buena distancia. La organización de un grupo de padres al mismo tiempo que un tiempo institucional, es instituido para el adolescente y permite de trabajar sobre este ajustamiento de los lazos.
Adolescence, septembre 2002, 20, 3, 615-619