En el éxtasis místico, la experiencia del encuentro con el objeto no se parece a la satisfacción tranquila de una reconstitución, de una “ restitutio ad integrum ” así mismo al precio de una cierta tensión como aquella que es descrita por Platón, cuando las dos mitades del androgina primitivo se pegar pero mas a un enlace pasional. El hombre no encuentra su parte divina y el se vuelve poseído, extranjero a si mismo y es precisamente en su extrañes que l funda su convicción de la trascendencia.
Adolescence, 2008, T. 26, n°1, pp. 159-176.