El autor trata de pensar lo que podría ser una concepción psicoanalítica de la intersubjetividad que respetaria la doble referencia al inconsciente y a la sexualidad infantil. Le parece que le es necesario señalar el valor “ mensajero ” de la pulsión y de sus modos de representación. Dos ilustraciones clínicas nos muestran como la pulsión se compone o se descompone y ello en función de la respuesta del objeto otro-sujeto como también, de las dimensiones inconscientes de los mensajes puestos en acción en la situación de uno frente al otro. Luego nos muestra como la descomposición de diferentes “ pedazos ” de la experiencia de satisfación abre sobre la cuestión de una interrogación sobre una concepción sexual infantil que incluye el objeto como otro-sujeto en su organización. La cuestion de la adolescencia es al fin abordada como un momento del re-encuentro con lo sexual infantil ; así redefinido, en función del cuerpo a cuerpo de lo sexual adolescente ; pero al mismo tiempo como una menaza de confusión vinculada a dicho reencuentro.