La frecuente participación de adolescentes en acciones militares propias de los genocidios suscita una reflexión acerca del posible paralelismo entre los procesos propios de las guerras y los procesos inherentes al periodo de la adolescencia. Dicho paralelismo, permitiría de plantear la posibilidad de una resonancia entre los procesos psíquicos individuales y sociales y ello en la continuidad de lo que Freud explica en su obra titulada “ Malestar en la civilización ”. Este fenómeno de eco entre dichos procesos, existiría sobre todo alrrededor del acto, como una alternativa a la ausencia, o falla de la transmisión transgeneracional en la infancia, tanto individualmente como en el seno de lo social.