El establecimiento de un contrato de peso en el tratamiento hospitalario de la anorexia mental marca de primera intención en la cabeza de los padres y de la paciente la inquietud denegada por la realidad somática y su devenir corriendo el riesgo de complicaciones graves. Luego rapidamente se establece que la interrogación central no es aquella que en la fantasía plantea la alimentación desmedida de la paciente a través una técnica medical que la volverá gorda si no aquel de transformarse en mujer inacabada, de una jóven que hace abortar por su conducta activa y voluntaria su proceso de adolescente. Esta referencia simbólica del contrato, nos instruye acerca de los efectos sobre su cuerpo y el proceso de pensamiento de la paciente y nos permite ajustes identificadores.
La obligación que impone el acto terapéutico siempre sera menor que la violencia de las relaciones primitivas del yo del sujeto con el super ego arcaico y busca tranquilizar las adversidades internas al orígen de la restricción alimentaria y del adelgazamiento. La persecución exterior se opone a la dictadura interna. El conflicto será desplazado en la relación de la cura (figura de los conflictos con los padres) y permite la emergencia de nuevas posibilidades de representación. El conflicto és de nuevo humano y durante todo el tiempo va a desplegarse la denegación, el clivaje, la proyección y ello de manera defensiva, antes que un encuentro con el conflicto no sea posible, encuentro que proteje el narcisismo del paciente (ella no se humilla en pedir ayuda el vínculo le es impuesto). Este encuentro permite la exploración de los deseos profundos de la paciente y de su grado de resistencia en la denegación dónde el conformismo es utilizado. Es esta dialectica deseo-resistencia que permite el establecimiento de un diagnóstico en términos económicos puesto que fundamentalmente, es el deseo que construye la alienación. El contrato és un artificio técnico que provoca una situación de separación fuertemente temida por la paciente y su familia y que revela la complejidad (natura, intensidad y ambivalencia) de los vínculos padres-hijos y las fantasias que ellos generan. Ello, nos permite de estudiar la problemática central de separación : preocupación alrrededor del peso de la separación y de la salida, fetichización del peso, reactivación de la problemática de separación a la ocasión de una salida de la institución adoptando el lenguaje del simptoma y encerrandolo en el contexto de un contrato alrrededor del peso, el psiquiatra puede de ese modo proponer un espacio psicoterapéutico.