El autor aborda la principal dificultad que atraviesan los adolescentes en los campos de refugiados, es decir, la incapacidad de proyectarse en el futuro. Cuando comenzamos a trabajar con adolescentes que han vivido situaciones de guerra, constatamos que “ su pasado ” se limitaba al periodo de la guerra. Así mismo, pudimos establecer una ausencia de imaginación en lo que respecta al futuro o una percepción traumatizante de éste.
Diferentes observaciones clínicas confirman nuestra constatación y nos permiten proponer tres conclusiones :
– No se debe ir muy rápido con los adolescentes para modificar la imágen del futuro.
– No se debe crear las imágenes del futuro en lugar de ellos.
– No se debe temer sus terribles imágenes.