El autor propone algunas pistas de reflexión sobre el misterio y el fenómeno de la muerte. En efecto, conviene de distinguir, como lo habrían hecho los romanos, los mortales, los moribundos, los murientes y los muertos. Esta distinción es esencial para permitir de organizar la investigación sobre el vinculo intimo entre la concepción, lo originario y « miedo antico » fundándose de igual manera sobre una experiencia clínica. El autor señala que el concepto de identificación primaria es esencial para leer analíticamente la actividad psíquica especifica que llamamos trabajo interno. El moribundo tiende en efecto a formar con la persona que se ocupa del (último depositario de la transferencia) una última díada siguiendo el rastro de la relación inicial con su madre.