El autor analiza los mecanismos de la construcción suicidaria durante la adolescencia. Esta conducta es un avatar del fantasma de retorno a lo originario durante la adolescencia. El auto-engendramiento en presencia de al menos otro. El nos muestra como es que el adolescente convoca el intruso en su dinámica psíquica escenificación/obsenalidad confrontado al otro por lo menos al miedo de la muerte. Si el otro o los otros asustados viven presentes, el adolescente puede pensar que a pesar del miedo intrusito que lo sumerge el continua a ser humano. En el caso contrario la conducta suicida o asesina puede intervenir. La entrada en la edad adulta necesita que el adolescente, se confronte a una muerte necesaria aquella que lo inscribe como un mortal en la humanidad pero también a una muerte suficiente para que mas allá de los objetos de amor infantiles eternales, el pueda buscar vínculos de deseo vinculados a los objetos de amor perecibles.