Louise tiene diesiciete anos, dos veces por semana tiene la mirada fijada sobre uno, mas allá de mi persona, ella me abre los caminos de su odio, la abyeccion de su nutrimento, de la tentación de su cuerpo/ animalidad femenina. Louise ignora la muerte. Ella entra en la búsqueda insaciable de la nada, un nada en la boca, un nada en el cuerpo y en fin lo nada. Ella avanza fascinada por su propio embrujo tratando de descubrir el “ otro ” espacio, lo absoluto que es la nada y los medios de acceder. Ella ha descubiertos a través de los caminos de la satisfacción alucinatoria las vías de su nada. Ella ponía en escena la delicadeza y el refinamiento de los bocadillos en pequeñas cantidades que allí también ella comía “ la nada ” Es así que le apareció la nada y ella quiso ir hacia el a través de pequeñas pinceladas sanando sus avances en un oxymoro de una ilación fría.
La nada, es su noche de sentidos, y al mismo tiempo su camino de luz. No esta sin mencionar la búsqueda mística de San Juan de la cruz, y yo pondré en perspectiva esta noche obscura con el trayecto de Louise. Se tratara de examinar, los caminos y los impases del trabajo de enlace y desenlace y de desintricacion de la pulsión que el choque del pubertario ha provocado llevándolo a una regresión profunda. En una movilización de los procesos psíquicos habitualmente aliados a la vida. Ella se ha abimado en un movimiento que pasa por una satisfacción alucinatoria y un aneatizamiento hacia la nada.
Los caminos de Louise, nos permite de mostrar, las profundas semejanzas entre trayecto místico y trayecto/ trabajo de lo pubertario.
Adolescence, 2008, T. 26, n°1, pp. 89-99.