La cultura de los pares remplaza hoy en día la de los padres, la transmision és remplazada por la imitación. Se trata de estar a la altura de la mirada de los otros aquellos de su clase de edad, asi mismo si ello implica pelearse con sus padres. Uno de los terrores del patio de recreación de los colegios o de los liceos es de pasar por un « bufon » y no tener la aprobación del grupo y ello a causa de una reculada delante de un desafío o por el hecho de no arboarar la buena « marca » de vestido o de zapatos. La estima de sí no viene más de la adhesión a los valores unánimes que estructuran el vínculo social, puesto que no se alimenta más en el espejo de los mayores o de los ancestros si no en el de los pares. La necesidad de representación se encuentra en el caso de los chicos y de las chicas pero de maneras diferentes.