Este artículo es una reflexión sobre el tratamiento de adolescentes en institución y particularmente sobre la plaza de los adultos que están implicados. Es mi práctica de terapeuta de adolescentes en institución que me ha servido de base; pero es sobre todo, son las dificultades encontradas con un adolescente que ha inspirado este trabajo. En efecto, éste adolescente, debido a su problemática ha hecho sobresalir las fallas institucionales que nos remiten a las dificultades encontradas por los trabajadores sociales en su práctica y a su propio posicionamiento en el seno institucional. ¿ Que hacen dichos trabajadores en la institución y que plaza ocupan al lado de esos jóvenes?
Esta pregunta, ni bien remarcada, no ha dejado de crear inquietudes y hasta agresividad. Así, muy a menudo, luego de un pedido masivo del cuerpo medico y psicológico se trata de « enderezar » y « corregir » las conductas desviantes y se busca a disminuir los síntomas argumentando la búsqueda de una tranquilidad del equipo (puesto que no son ustedes que pasan el día con ellos). La respuesta a dicho pedido que debe ser rápida y masiva corresponde igualmente a una posición tomada por la política en el campo de la salud mental y es por ello, que nosostros hemos avanzado nuestro propósito.