Es posible que las dificultades e incluso las imposibilidades a las que se enfrentan los jóvenes psicóticos cuando intentan establecer su vida adulta provengan del fracaso de los momentos clave del desarrollo psíquico. En tales casos, la temporalidad se convierte en una extensión sin fin, en lugar de ser una trama en la que se inscriben etapas plenas de vida, estructurantes, que permiten crecer.
Cabe entonces preguntarse si la atención psicoterapéutica, enmarcada por un tratamiento intensivo dentro de una institución, puede echar a andar de nuevo los elementos propicios para esa maduración-madurez.