GÉRARD BONNET : EL BELLO ADOLESCENTE O LA ADOLESCENCIA DE LA BELLEZA

El mito de Narciso es un mito original que describe la procedencia de los deseos visuales y de sus avatares, relatando cómo cada adolescente accede al descubrimiento y la consideración de la belleza que lo habita. La leyenda de Marina, narrada y comentada por C. Louis-Combet en su novela Marinus et Marina, ilustra lo anterior desde un punto de vista femenino, subrayando aún más el necesario papel que desempeñan los demás en el proceso y en sus dos momentos esenciales : el de la interiorización –a la muerte de la madre, en referencia al padre– y el de la apropiación propiamente dicha –a la muerte del padre, en relación con otra mujer–. Resulta entonces que la asunción de la belleza pasa por la del propio sexo y supone un retorno hacia una experiencia estética primera donde la madre ocupa una posición central.

La ruta de este retorno pasa siempre por un cruce del que surge una prueba aún más delicada, a saber el encuentro con el sexo opuesto. Para soportar dicho encuentro y transformarlo en una prueba fecunda, es preciso vivir de una u otra manera la experiencia de lo sublime. De ahí que el adolescente busque con tanto ahínco experiencias de ese tipo; de ahí también que las dismorfofobias sean tan frecuentes, al igual que ciertos rasgos hermafroditas o los diversos comportamientos de disfraz (travestissement). Todo ello demuestra las dificultades inherentes al proceso y los rodeos que implica. Sobre todo cuando se producen acontecimientos particularmente perturbadores : separaciones brutales, lutos precoces, revelaciones intempestivas en torno a los orígenes, etc. Basarse en las condiciones específicas de cada paciente permite ayudarle a ubicarse mejor.